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Desde hace ya muchos años el afán de riqueza del hombre, lo ha llevado a destruir lenta y dolorosamente su propio hogar.

El documental nos plantea un interesante tema que se complementa con una gran variedad de imágenes de los paisajes más hermosos que existen en la Tierra.

Nuestro planeta surge hace aproximadamente 4 mil millones de años, en los cuales nosotros, los humanos, lo poblamos hace sólo 200.000 años atrás, eso quiere decir que pertenecemos a una ínfima parte del planeta.

Todo el planeta conforma una gran cadena en la cual participan todas y cada una de las especies que han pasado por esta tierra, cada uno se encarga de nutrir al otro, desde el animal mas grande como un elefante, hasta el más pequeño insecto que nos podamos imaginar, todos pertenecemos a esta cadena que alimenta la vida en la Tierra.

Durante siglos la humanidad ha ido acabando poco a poco con este ecosistema que nos rodea, lo que se intenta es aprovechar al máximo los recursos no renovables que nos entrega la tierra, ya que éstos son más baratos, pero el punto negro en aquello es que el planeta se deteriora por cada mina explotada, por cada termoeléctrica construida, por cada represa levantada sin que nadie responda por los daños catastróficos que conllevan.

Miles  de animales mueren cada año por culpa de la exterminación del hombre, por aquel afán que nos lleva a avanzar sin pensar en las consecuencias a futuro, por querer nutrirnos cada vez más de todo aquello que nos entrega la naturaleza. Durante siglos hemos hecho como raza importantes avances tecnológicos para la ciencia, historia y para todas aquellas generaciones que vienen, dejamos conocimientos,  artefactos, energía… pero de qué les servirá ésta si el lugar donde viven es oscuro y sombrío, ¿qué comerán nuestros nietos? ¿Podrán disfrutar alguna vez del privilegio de bañarse en una piscina? ¿Podrán alguna vez conocer un panda o un glaciar?

En momentos así me pregunto cómo han podido existir tantas guerras, destrucciones, muertes, desperdicio de dinero en armamentos, cuando el planeta nos pide a gritos ayuda para que lo dejemos de lastimar y sobreexplotar de manera desquiciada.

Se ha demostrado que poblaciones completas pueden llegar a funcionar con energía solar, que países son capaces de dejar de lado la fuerza militar para poder destinar esos recursos a la conservación de bosques. Son ejemplos que claramente conllevan un sacrificio, pero al mismo tiempo nos da gusto escuchar cómo personas iguales que nosotros pueden llegar a ser tan consecuentes con el entorno que los rodea.

Todos podemos hacer algo por el planeta Tierra, comenzando con una simple acción, no botar papeles en la calle, me ha tocado encontrar casos de personas que reclaman por las decisiones ambientales del país y que no son capaces de guardarse un papel en el bolsillo mientras caminan por la calle, eso deja en evidencia la poca consecuencia, educada e hipócrita que ha llegado a ser nuestra sociedad.

Un claro ejemplo en Chile sería hidroaysen, que fue una decisión tomada por autoridades, que no tomaron en cuenta la posición del pueblo que son por quienes están ahí, se expropiaran un sinnúmero de hogares de familias que han vivido décadas en aquellos lugares y que les pertenecen, además de destruir un ecosistema único en el planeta.

Científicos expertos en el tema dicen que nos quedan solamente diez años para retribuirle a la Tierra todo el daño causado en más de dos siglos de sufrimiento.

Creo que nunca es tarde para recapacitar y menos ahora que estamos a tiempo de producir un cambio en nuestras vidas y en las vidas de futuras generaciones que pasaran a poblar el planeta, ojalá no de la misma forma en que se ha hecho hasta ahora , sino que con una verdadera conciencia ambiental y pensando en el bien común y no sólo en el de unos pocos.
          
                                         
                                                                                                 Por Abigail Vergara, 3° Medio, 2011